Y vaya que se molestan los señores taxistas si por alguna
razón se les discute la tarifa que ellos otorgan al “servicio” que prestan.
Por supuesto, no son todos pero mayoría gana… Por difícil
que parezca son muchos caballeros y las damas que hay al frente del volante de
los amarillos.
Sin embargo, tengo total claridad de que llegará el momento,
pronto o lejano, en que me rompa la jeta con un taxista!!
No digo que le vaya a destrozar el automóvil, pues los taxista
más gamines son los que no poseen el título de propiedad del carro por lo tanto
el dueño no es del todo culpable, no del todo porque si tiene total culpa por
el imbécil que contrató para transportar ciudadanos.
Pero que algún día me rompo la jeta con una vaca de esas me
la rompo, solo que no he dado con el valiente que se porte como bestia cuando
soy el único pasajero. No sé a que se debe que la “machera” del conductor se
eleve cuando voy acompañado de mi hija o de mi madre…
Mil, dos mil, tres y hasta cuatro mil pesos (si no más,
depende las distancia, la hora y el sector) le suben a la carrera y me enciman
la mirada de puñal cuando les pido la tarjeta con los costos.
Si hay línea recta como recorrido les da por dar cuarenta
vueltas para aumentar el precio a punta de excusas acerca de la cantidad de
semáforos o el trancón de la vía que se les sugiere.
Las emisoras que escuchan y su notoria megalomanía traducida
en el volumen alto del sonido, si es que sonido se le llama a ese ruido que
espetan los “locutores” a los que son fanáticos… Acaso el solo hecho de que
siempre tengan sintonizado el dial de los “diyeis” que se creen psicólogos e
insultan a los pobres diablos que los llaman
no es motivo suficiente para romperse al jeta con un taxista? ---- Tal
vez exagero…
Pero no es motivo entonces que la mula que maneja le tire al
“piso” del automotor las monedas que completan “las vueltas” que no quieren dar
como muestra de su señorío y poderío tiránico al volante del servicio que le da
de comer gracias a los pasajeros, acaso que haga esto frente a un padre con su
pequeña hija no es motivo para romperse la madre con un cabrón de esos… Tal vez
no… Tal vez sea mejor portar una botellita llena de gasolina y un trapito de
algodón y un encendedor… Tal vez sea mejor sorprender a este tipo de parias con
una molotov incendiándose lentamente cuando dejan tirados a los pasajeros
pensando: “Otro taxista que me dio en la cabeza”.