lunes, 9 de marzo de 2015

Señor taxista, me deja ver cuánto vale la carrera?

Y vaya que se molestan los señores taxistas si por alguna razón se les discute la tarifa que ellos otorgan al “servicio” que prestan.
Por supuesto, no son todos pero mayoría gana… Por difícil que parezca son muchos caballeros y las damas que hay al frente del volante de los amarillos.
Sin embargo, tengo total claridad de que llegará el momento, pronto o lejano, en que me rompa la jeta con un taxista!!
No digo que le vaya a destrozar el automóvil, pues los taxista más gamines son los que no poseen el título de propiedad del carro por lo tanto el dueño no es del todo culpable, no del todo porque si tiene total culpa por el imbécil que contrató para transportar ciudadanos.
Pero que algún día me rompo la jeta con una vaca de esas me la rompo, solo que no he dado con el valiente que se porte como bestia cuando soy el único pasajero. No sé a que se debe que la “machera” del conductor se eleve cuando voy acompañado de mi hija o de mi madre…
Mil, dos mil, tres y hasta cuatro mil pesos (si no más, depende las distancia, la hora y el sector) le suben a la carrera y me enciman la mirada de puñal cuando les pido la tarjeta con los costos.
Si hay línea recta como recorrido les da por dar cuarenta vueltas para aumentar el precio a punta de excusas acerca de la cantidad de semáforos o el trancón de la vía que se les sugiere.
Las emisoras que escuchan y su notoria megalomanía traducida en el volumen alto del sonido, si es que sonido se le llama a ese ruido que espetan los “locutores” a los que son fanáticos… Acaso el solo hecho de que siempre tengan sintonizado el dial de los “diyeis” que se creen psicólogos e insultan a los pobres diablos que los llaman  no es motivo suficiente para romperse al jeta con un taxista? ---- Tal vez exagero…

Pero no es motivo entonces que la mula que maneja le tire al “piso” del automotor las monedas que completan “las vueltas” que no quieren dar como muestra de su señorío y poderío tiránico al volante del servicio que le da de comer gracias a los pasajeros, acaso que haga esto frente a un padre con su pequeña hija no es motivo para romperse la madre con un cabrón de esos… Tal vez no… Tal vez sea mejor portar una botellita llena de gasolina y un trapito de algodón y un encendedor… Tal vez sea mejor sorprender a este tipo de parias con una molotov incendiándose lentamente cuando dejan tirados a los pasajeros pensando: “Otro taxista que me dio en la cabeza”.